

VIVANCO
Compartiendo Cultura del Vino
Si tuviera que elegir una palabra para definir La Rioja esa sería Diversidad. La orografía, el tipo de viento, el color del suelo... Cada metro, cada salto de un pueblo a otro, es un cambio en el paisaje. Si trazáramos una línea recta sobre un mapa nos daríamos cuenta de que sólo hay 100 kilómetros de distancia de la parte más occidental de La Rioja a la más oriental. Al norte, la Sierra de Cantabria. Al sur, la de la Demanda. Y cruzándolo de oeste a este, el Río Ebro. Eso es La Rioja. Un gran valle entre dos sierras montañosas que la protegen. La zona más al oeste, la llamamos Rioja Alta, la parte central, Rioja Centro, y la más oriental, Rioja Baja. Como digo, todo en 100 kilómetros.
Esta diversidad condiciona el cultivo del viñedo. Cada variedad encuentra su lugar ideal donde expresarse. Una, como la garnacha tinta, requiere más horas de luz. Y otras, como el Tempranillo, agradecen el frescor de las noches y las maduraciones lentas. He intentado seleccionar de entre nuestros viñedos aquellos terruños que mejor se adaptan a cada tipo de uva. Te los presento a continuación.
VENDIMIA
Todas las uvas se vendimian a mano en pequeñas cajas de 10 kg de capacidad para evitar roturas y asegurar, así, la máxima integridad del fruto. El momento de vendimia se decide, principalmente, después de un riguroso seguimiento de la maduración a través de la cata de uvas parcela a parcela.
Nuestros vinos nacen en la viña. Ahí es donde realmente adquieren su personalidad. La del terruño, la del paisaje y lo que ocurre en él durante todo un año. Por eso cuando iniciamos la construcción de la bodega teníamos claro lo que queríamos. El proceso de elaboración debía ser lo más respetuoso posible con la uva con el objetivo de ensalzar sus cualidades. Y así lo hicimos.
Todas nuestras uvas se vendimian a mano en pequeñas cajas o palots para evitar roturas de granos y asegurar su máxima integridad.
Es quizá una de las mayores novedades de nuestra bodega. Una cámara frigorífica donde las uvas se enfrían durante 24 horas hasta rebajar su temperatura a 3º C. ¿Para qué? Para extraer, ya dentro del depósito, el color y los aromas de la uva de una forma más suave, manteniendo así toda su personalidad. De alguna manera, infusionamos la uva con el mosto, es lo que llamamos maceración en frío.
Doble selección de racimos y granos
Todas nuestras uvas pasan, primero, por una mesa de selección de racimos y segundo, por otra de granos. Mientras todos los racimos avanzan a baja velocidad y de forma continuada, vamos eliminando hojas, sarmientos, racimos y granos en mal estado, pequeños restos de raspón... ¿El objetivo? Que sólo las mejores uvas de nuestros viñedos formen parte del futuro vino que vamos a elaborar.
Encube por gravedad
Otra de nuestras señas de identidad. Es una operación sencilla que se realiza con el único objetivo de mantener la uva lo más intacta posible. La uva se recepciona, se selecciona y se despalilla en un piso superior a donde se encuentran los depósitos. Esta altura permite que la uva entre en los depósitos por su propio peso, sin utilizar bombas. Es la manera más eficiente de no estropear la piel para que luego dentro del depósito podamos conseguir un vino que muestre todo el potencial de la uva.
Elaboración en tinos de roble francés Otra de nuestras señas de identidad. Los depósitos de madera de roble se han usado a lo largo de la historia para elaborar vino. Es un material noble que favorece el intercambio de oxígeno a través de los poros de la madera, lo que facilita que el vino sea más franco y muestre todos sus aromas. La madera, además, actúa como aislante térmico, permitiendo retrasar la fermentación y que todo se haga más despacio, favoreciendo la presencia de la fruta.Fermentación maloláctica La fermentación maloláctica es la transformación natural del ácido málico en ácido láctico (ácido más suave por acción de las bacterias lácticas). El málico es agresivo al paladar y está presente de forma natural en el mosto. Nuestros vinos la realizan en tino de roble francés, en el caso del crianza y el reserva, y en barricas de roble francés en la gama Colección Vivanco. Al realizar la maloláctica en roble francés lograremos vinos muy intensos pero aterciopelados y expresivos a la vez.
RAFAEL VIVANCO SÁENZ
Nací en Logroño en 1975 cuando mi padre estaba dando forma a todo lo que es Vivanco hoy. El vino, bueno, era muy importante para mi familia y para mí, aunque, he de reconocer, que cuando uno es niño piensa en otras cosas. Recuerdo a mi abuelo Santiago contándome historias de aquellos primeros pasos.
Recuerdo que todos los fines de semana subíamos de Logroño a Briones a ver cómo el sueño de mi padre y de nuestra familia tomaba forma poco a poco. Íbamos a trabajar al viñedo e incluso a trasegar alguna que otra barrica. Con 18 años me fui a Pamplona a estudiar ingeniero agrónomo. Uno, cuando siente el vino, tiene la necesidad de conocerlo todo, y en Pamplona aprendí la técnica, la ciencia, el porqué de cada cosa. Allí me formé, pero donde verdaderamente me enamoré del vino fue en Burdeos. Dos años estudiando en la Facultad de Enología y otros dos elaborando en algunas de las bodegas más reputadas de la zona me hicieron reflexionar profundamente sobre lo que La Rioja y sus terruños podrían dar de sí. ¿Por qué no mostrar al mundo nuestro patrimonio vitícola? Nuestras variedades autóctonas, nuestros microclimas. Vinos auténticos, procedentes del viñedo. Elaborados con respeto y, sobre todo, únicos, nuestros. En 2001, regresé a Briones con esa idea y me puse a trabajar. Hoy y siempre será mi reto personal.

La Tierra...

El Paso Del Tiempo

Cata Vivanco Blanco por Rafael Vivanco

Cata Vivanco Crianza por Rafael Vivanco

Cata Vivanco Rosado por Rafael Vivanco
